Sport Ancash golea al Ñublense y clasifica a los octavos de final de la Copa Nissan Sudamericana

Goleamos a los chilenos

Esta guerra sí la ganamos, acabamos con los chilenos del Ñublense. La batalla final fue nuestra. La victoria la corearon en Huancayo y en todo el Perú. Claro que sí, fuimos superiores en el campo. Un puñado de soldados ancashinos luchó, goleó y gustó. ¡Arriba Perú! A disfrutar que este mes es nuestro.
Sí, fue una guerra, porque los chilenos vinieron a pelear con todas sus armas este partido, pero desconocían que Huancayo es Incontrastable. Sí, el Sport Ancash se llenó de ese espíritu indomable para golear al Ñublense por 4 contundentes goles a 0, en una tarde histórica para los huancaínos.
Cuarenta y cinco minutos bastaron para romper a los chilenos. El Sport Ancash fue más, jugó con orden en la parte posterior, mucha inteligencia para manejar los tiempos y el partido, por supuesto, la contundencia fue letal para lo chilenos. El planteamiento del técnico Antonio Alzamendi sirvió y se vio en la cancha.
La presión fue desde el minuto uno, la Amenaza Verde causó peligro en el área chilena. La clarinada del triunfo la dio Jhony Vegas a los 8' con un soberbio tiro libre que pegó en el palo del golero Jaime Bravo. El control del partido surgía desde la defensa ancashina, donde el colombiano Javier Martínez estuvo impecable. Precisamente, el larguirucho defensa se encargaría de generar la primera alegría de la hinchada; a los 15' aprovecha un tiro de esquina de Kukin Flores para sacar un potente cabezazo en el área grande para anotar el primero de la tarde.
Fue una jugada preparada que dio resultado; sí, lo practicaron un día antes hasta la saciedad. El partido avanzaba y la Amenaza verde seguía inquietando el arco norte, sobre todo por la izquierda con las proyecciones de Sergio Ubillús. El 3-5-2 estaba funcionando.
Kukín hizo lo que tenía que hacer. El jugador cumplió con creces su labor. Fue el mejor. De sus pies nació el segundo gol; otra vez con balón parado. A los 39' el creativo volante cobra una falta, desde oriente lanza un balón hacia el vértice del área chica, un defensa chileno la peina (en su intento de rechazar) y el balón llega al segundo palo, donde estuvo muy oportuno el negrito Víctor Cartagena. Las redes chilenas se inflan otra vez.
La batalla estaba en nuestras manos. El soñado 2 a 0 se había logrado. El jugador número 12 no terminaba de festejar y a los 41' el brasileño Caldeyra aprovecha un error de la defensa chilena para lanzar un disparo que mató a los chilenos. El balón se incrustó por el primer palo de Bravo. Y vaya que el festejo fue con lágrimas. Larissa Reiss, la esposa del carioca no contuvo su emoción en la tribuna. El Ancash era más. Las olas empezaban a vibrar el estadio.
En la segunda mitad, el Ñublense salió decidido a aminorar el marcador, pero, ni Martel, ni Jhonatan Cisterna ni Luis Reyes aprovecharon las ocasiones que se presentaron para ellos, sobre todo con los tiros de esquina. Y es que en la defensa se plantó muy bien Jonnel Regalado, que no regaló ni un solo balón al rival. Ni qué decir de Cartagena y Martínez.
El ingreso de Víctor Peñita, generó otro sentimiento en la tribuna; un huancaíno debutaba a nivel internacional, y vaya que casi se consagra con un gol, pero no tuvo fortuna.
Kukin, sí, tenía que ser él quien selle la goleada a los 91' con una corrida desde la mitad de la cancha; al quedar cara a cara con Bravo, coloca el balón a un costado. ¡Gooool carajo! Así se juega Perú. Ahora que vengan los brasileños.